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Fuente: enjusticiaglobal.files.wordpress.com |
Un pequeño grupo de la
sociedad se hizo acreedor del mundo, se apropiaron de las tierras, de las
gentes, de las ideas y los pensamientos, dieron cadena perpetua a la rebeldía y
adquirieron lo que existe y lo que no, ya está incluido en sus cuentas.
Desde que un bebé nace debe su
vida al sistema, estructurado bajo la ciencia del engaño, la explotación y el
silencio subversivo. Ahora cada niño que nace no trae un pan debajo del brazo,
ya que esa es la primera cuota a pagar por endeudamiento en el banco.
La resistencia de la población
merece ser castigada, y quienes apoyen la protesta pagarán
grandes cantidades de dinero, pero si haces parte de la resistencia promulgada
desde los altos cargos del senado, serás protegido por el manto de la guerra.
La fuerza pública es un mito, ahora sólo existe la fuerza del Estado.
Los campesinos e indígenas son
delincuentes que protegen la tierra, claman justicia y son un ejemplo de
valentía, que se castiga con gases lacrimógenos, obligándoles a llorar y a que
se ahoguen con sus palabras de lucha. Se cumplen 206 de una democracia manchada
de sangre, el gobierno no conoce otra pedagogía que no sea el ESMAD, mientras
tanto el pueblo se debate entre ellos la justicia, un excelente espectáculo de
politiquería que enriquece los bolsillos de aquellos que se hacen el negocio
con las armas.
Los políticos prometen dar
soluciones al pueblo, siempre y cuando estos permanezcan en sus casas
realizando sus labores, pagando impuestos, soportando la inflación y comiendo
transgénicos. A la justicia le mutilaron los sentidos y a los derechos humanos
los hicieron un capítulo más de la literatura universal. La pirámide del mundo,
contiene más escalones que la Torre de Babel y entre más existan, más abajo
estará ese pueblo herido y consumido por la ignorancia.
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